viernes, 21 de enero de 2011

I. Algo que está lejos y está cerca

Tengo que aceptar que desde que conocí a Deyvi Damar mi perspectiva del mundo cambió. No por todos los "y si..." que forjé a partir de ese "encuentro", sino por la condición tan extraña en que se desarrolló, la conexión de hechos, de mundos, de palabras y aun de sueños. Pensé que sin duda, si algún día escribiera una novela acerca de nosotros se llamaría como el nombre que en hebreo se le da a España. ¿Por qué? Porque ahí empezó todo. No en el lugar, sino en la palabra, en su significado, en el antes y después que para ambos simboliza (un ambos que ahora se reduce a un yo, que es sólo yo, porque él no debe saber, al menos ahora, que estoy escribiendo acerca de su importancia en mi vida).

Israel me interesaba ya, de algún modo, pero al conocer a alguien que pronto estaría viviendo ahí ese simple gusto fue evolucionando desde una curiosidad básica (como la que sentimos por cualquier lugar en el mundo que algún día nos gustaría visitar) hasta una fascinación que, más allá de cualquier filiación política o religiosa, me llevó a decidir que ahí es donde viviré cuando termine mis estudios universitarios.

Alguna vez escribí un poema, cuyo inicio me gustó tanto que, pese a haberlo roto en pedacitos y tirado luego de ver que me sentía poco conforme con el estilo, es la única parte que aún conservo en la memoria y que a veces todavía repito para mí misma intentando siempre completarlo (aún sin éxito). Eretz Israel, sueño contigo... Hablaba de aquella tierra, como se habla del hombre amado, como se sueña con él.

Está lejos, está cerca... más cerca de lo que a veces estoy yo de mí misma. ¿Dónde quedó Deyvi Damar en todo esto? Él es la personificación de aquello que ahora deseo más que cualquier otra cosa. No hablo de él como se habla del hombre al que se ama, como alguien a quien amar, aunque sé que pudiera hacerlo, sino como la llave que abrió la puerta que durante mucho tiempo me negué a abrir por miedo a aquello que pudiera encontrar del otro lado. Y del otro lado, hoy descubro, está Israel.

No hay comentarios: