miércoles, 15 de septiembre de 2010

Unas palabras a Asterión




Estas líneas, Asterión, siempre han sido tuyas. Tan tuyas que cada vez que las leo pienso invariablemente en ti:

«El sol de la mañana reverberó en la espada de bronce. Ya no quedaba ni un vestigio de sangre.
-¿Lo creerás, Ariadna? -dijo Teseo-. El minotauro apenas se defendió.»

Mas he de decir que me sigue gustando más la idea de que Ariadna se convierta, como tú, en parte del laberinto.


jueves, 2 de septiembre de 2010

Desde el tercer piso. Segunda parte: Enumeración

Cámaras en la Facultad («¡Bienvenido a Big Brother FFyL!» decía un letrero en la entrada). Cielo nublado y trombas de película, y el agua que se escurre y penetra hasta donde --se supone-- no debería; chicos de nuevo ingreso (Nueva mochila, nueva vida), junto con los «viejos» que atiborran los pasillos y, como siempre, hacen que el ir de un salón a otro se convierta en toda una proeza atlética. Los baños remodelados, casi siempre con una llave de agua descompuesta, casi siempre (más siempre que casi) sin papel. Los que fuman debajo de los letreros que dicen «Prohibido fumar» y el olor cálido y ocre del café que venden en el pasillo. La Biblioteca Central suele ser la vista más bella, cuando entre horas sueltas, parece que no hay nada más que ver, excepto a los otros, excepto todo lo demás.

Desde el tercer piso



Así se ve el mundo desde el tercer piso de FFyL, UNAM

Sobre la esperanza

Si existe la más mínima --o sea, ínfima-- posibilidad de que algo suceda, el universo de negaciones a su alrededor es facilmente destruído. Me aferro a esas pequeñas posibilidades, con todas mis fuerzas, hoy me aferro.